sábado, 31 de marzo de 2018

rudolf y valeria





La pareja ideal sé que está ahí. No sé porqué la presiento. Estas tan cerca de mi pero a la vez tan lejos ¿Cómo lo haces?

Rudolf ese carácter te hace muy peculiar; entre agradable y desagradable … esa ambivalencia entre la que – bueno es cierto que en algún momento de nuestros días nos movemos así- pero tú eres raro de putos cojones.

Aun así, me has ayudado, como dice Lorena, a veces debemos ser simpáticos y otras veces no tanto, ya saben… algo más estilo tú en plan chulito, Rudolf. Serio se le llama en la actualidad o con seria picardía ¿tal vez?

Yo estoy del lado de que con la emoción del enfado  no se llega a ninguna parte, aunque sea una maldita emoción y me exprese con cierta emoción. Irónico. Infinita decisión…

Esa ambivalencia parece que me gusta, pero por otro parte me desagrada totalmente. Es como si me chirriaran en los oídos mientras me hablan algo agradable.


No seas tan perverso, tan seco, me gusta tu lado agradable … ya que tu lado duro sé que lo enfatizas en la cama. Se te nota a distancia.




Aunque a Valeria le da vergüenza de hablar ciertos temas, sé que es una perversa detrás de esas ingenuas gafas tras las que se esconde para hacerse parecer esa persona tan responsable y ‘’agradable’’. No obstante, esos tatuajes la delatan como es en la cama, esa forma de caminar, esa forma de caminar tan firme.

INICIO




¿Cómo sabías que escribiría?

Tengo miedo, estoy asustada.

Me encanta el baile, solo sé que deseo volar y estar cerca del aire.



Dicen que debemos tolerar las cosas, yo creo que las tolero bastante bien en el momento presente. Pero no después.

Ese chicle, ese chicle. Tú dices que eran hojas pasando, yo digo que era un jodido chicle. No sale de mi cabeza. No te veo comiendo un chicle; tú no eres de esa forma.

Los malos pensamientos vuelven y yo sigo aquí, sola; eso da igual. No hay ni príncipes ni princesas azules, rosas, blancas ni amarillas en la realidad, esta jodida realidad, ¡joder!

Ahora mismo me siento sola y sé que alguien me lee, pero eso que más da, ¿no?
Creo en otra vida, en otra vida mucho mejor donde mis sueños se hagan realidad.

La espera se hace complicada a expensas de aburrimiento. Me haces estar tan difícilmente concentrada que no puedo ni siquiera leer un libro. No me dejes así.
-se que es complicado, te comprendo- susurras
-no me llegas a comprender ya que si no me harías esto- miro a través de esos ojos, esa piel tan perfecta y cuidada. Ansiaría rosarla con las yemas de mis dedos todo su contorno.
-Tu crees que no?, solo tiempo.